Otro de los escollos que tiene la empresa es su cuantiosa planta de empleados, actualmente bajo relación de dependencia de SanCor hay unas 1.700 personas y según fuentes del sector, la empresa funcionaria con apenas 700, es decir la nómina de empleados supera ampliamente las tareas y capacidad de producción y ventas de la empresa.
Por otro lado el gremio Atilra que nuclea a los trabajadores de la industria láctea lanzó a fines del mes pasado una fuerte amenaza: “Ante la insistente pregunta de saber si Atilra hará un paro en todo la industria para que se concrete el rescate a Sancor, la respuesta la tiene el Gobierno Nacional. Estamos esperando que reaccione el Gobierno y cumpla con lo que se acordó en noviembre pasado frente a 2 ministros y el presidente del Banco Nación: la creación de un fideicomiso con aportes estatales y privados por u$s60 millones. Por su parte Atilra tenía el compromiso de mantener contenidos a los trabajadores y trabajadores, asegurando la paz social, como lo vino haciendo. Si el Gobierno empieza a cumplir con lo acordado, no habrá ningún tipo de medidas de fuerza en la industria”.
El texto lanzado a los medios en off fue una clara advertencia al Gobierno nacional ante su inacción para reflotar el ya tristemente célebre fideicomiso. En el medio pasó mucha agua bajo el puente y el conflicto gremial desatado en la industria de los neumáticos sentó un complicado precedente que en este momento el gremio lácteo no estaría dispuesto a afrontar. Además, este fin de semana asumió como líder de la cartera de Trabajo Kelly Olmos, en reemplazo de Claudio Moroni y justamente con el saliente ministro es con quien Atilra mantenía mayor diálogo.
La actualidad de SanCor es más que complicada pero lo cierto es que eso no se remonta siquiera a este año. La empresa láctea argentina, que supo ser una de las líderes en su segmento con más de 17 plantas industriales y más de 4.000 empleados, vivió quizás uno de los períodos más triste en su historia no hace tanto tiempo atrás. En tan solo tres años (de 2016 a 2019) tuvo que vender nueve plantas industriales y concretó así el desguace de su estructura.
En 2016 le vendió al hoy caído en desgracia Grupo Vicentin, su unidad de postres y yogures quien a su vez recibió palanca financiero del Grupo Baf. Por aquella operación se desembolsaron u$s100 millones que apenas sirvieron a emparchar las millonarias deudas de la empresa. Luego Adecoagro fue la que compró dos de sus plantas industriales.
Actualmente la láctea tiene bajo su órbita a seis plantas que están ubicadas las localidades de Sunchales, Gálvez, San Guillermo, en Santa Fe y en La Carlota, Balnearia y Devoto en Córdoba. Su destino todavía es una incógnita.
Buenos Aires, 13 de octubre de 2022