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Empresarios lácteos atentos al mercado interno con «bolsillos flacos»

Empresarios lácteos atentos al mercado interno con «bolsillos flacos»

La consultora Z + M, de Teo Zorraquín y Alejandro Meneses, consideró que «el negocio lácteo está vivo, aunque con los lógicos temores que genera producir algo que se consume en un 75% en un mercado interno de bolsillos flacos«.

En su informe de noviembre ’21, se recordó que el precio promedio SIGLEA de octubre pagado al productor lechero fue de 33,27 $/litro (con un valor 476,21 $/kilo de sólido), lo que le ofrece como marco de valores al sector primario.

Refirió que estos precios representa un aumento del 0,7% respecto a septiembre y de casi el 70% en el año.

«De a poco, el precio se va ‘planchando’, quitando rentabilidad», se indicó desde la consultora.

En el informe se comentó que medido en dólares, el precio de 0,335 dólares por litro: «es alto, lo cual se explica en parte por el atraso cambiario que va en aumento y no por atributos propios».

A nivel del consumidor, la canasta de productos lácteos aumentó en el último mes entre el 1,8% y el 2,8%, con una variación anual de entre el 57% y el 60%, consignaron desde Z + M.

«Por encima de la inflación, lo que pone nerviosos a algunos funcionarios y les despierta su gen de “hagamos algo”, que en general es un gen que los hace actuar sobre las consecuencias y no sobre las causas», manifestaron.

También se evaluó la situación de precios de la hacienda: el valor de la vaquillona preñada sigue firme y la producción en leve aumento, marcando que las expectativas productivas se mantienen.

«La industria Pyme, a partir del final de la cuarentena, está con demanda firme y compitiendo por precio con las grandes empresas. El negocio está vivo, aunque con los lógicos temores que genera producir algo que se consume en un 75% en un mercado interno de bolsillos flacos», comentó la firma.

NEGOCIO GANADERO

Mercado cada vez más amenazado por medidas de gobierno. Cepos, precios máximos, restricciones, aumento de impuestos a la exportación, declaraciones amenazantes.

Todo aparece en el menú. Hasta las declaraciones encontradas entre el ministro de Agricultura y Ganadería defendiendo al productor ganadero (“el eslabón más débil” lo llamó) y el Secretario de Comercio acusando de que hay “acciones especulativas” en el sector. Si fuera una película podríamos pensar que se trata de una estrategia de policía bueno y policía malo.

Pero no es una película así que el final todavía no está escrito. Lo que se ha visto luego de las elecciones es que los precios de la hacienda han seguido en suba. Novillos en los 210 $/kg, vaca gorda apta China arriba de los 180 $/kg, ternero de invernada arriba de los 300 $/kilo.

Precios que se mueven en parte al ritmo de la inflación pero en parte por expectativas y por necesidad de los ganaderos de refugiar sus pesos en su moneda de trabajo, la carne. Los negocios de exportación, aún con restricciones, se están haciendo con fluidez.

El consumo interno está en el orden de los 47 kilos por habitante por año, con un crecimiento fuerte del consumo de cerdo y pollo, que hace que en promedio los argentinos consuman más de 110 kilos por habitante por año entre las tres carnes, algo que pocos países logran.

El problema no está ahí, está en los salarios, en la inflación, en la falta de empleo y oportunidades. Y en el deterioro de la educación. El diagnóstico equivocado lleva a recetas equivocadas.

Buenos Aires, 27 de noviembre de 2021

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