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Apasionados de los fierros

Los Gardello complementan el servicio de sus tres picadoras de alta tecnología con el de movimiento de suelos, en particular para feedlots y granjas porcinas. Un sueño empresario que arrancó con una vieja picadora rusa hace casi 25 años.

Apasionados de los fierros

Crisis son oportunidades sentencia un popular refrán que le calza perfecto a Daniel Gardello, un emprendedor que hace un cuarto de siglo atrás alquiló una vieja Gomselmash arrumbada en un corralón para encarar el negocio del picado. “A finales de los 90, no había recursos ni posibilidades para comprar repuestos. No se podía reparar nada en el exterior. Todo se hacía en casa”, recuerda a Infortambo.

Apostó por ella, y no se equivocó. Con paciencia y cierta habilidad mecánica, tras hacerle reformas y ponerle mucho empeño para que funcionara arrancó desde Tandil con esta vieja picadora y no paró de crecer. Así nació Forceres, su empresa familiar.

Con el servicio de picado Forceres fue creciendo sumando más equipo y personal pero lo que es más importante consolidando la sustentabilidad de la empresa familiar al incorporar a sus dos hijos Braian (28 años) y Kevin (26). “Desde muy chicos, con cuatro o cinco años, los llevaba al campo” asegura el padre de ambos. “Vivieron toda la evolución de la empresa. Saben que con el trabajo y esfuerzo se logran cosas buenas”.

La veterana picadora rusa fue reemplazada con el tiempo por equipos más modernos y de mayor capacidad. En la actualidad para el servicio del picado tienen tres picadoras Claas 950 –dos de última generación–, que cuentan todas con el sistema digital Telematics para el mapeo del lote y la transferencia de datos, con corncracker para shredlage y cabezales Orbis. “A las picadoras se le suman tractores articulados de gran capacidad para el pisado del silo bunker y dos embolsadoras de 9 y 10 pies. Además, contamos con camiones propios y contratados para el transporte de material”, enumera su hijo Braian que es actualmente el encargado general.

 

Se siguieron reinventando

Para cualquier empresa contratista en el país no ha sido históricamente sencillo soportar todo el año la estructura de personal que requieren para brindar un servicio de picado que arranca en una tardía primavera y termina a principios del otoño. “Cuando se presta un servicio profesional y se cuenta con más de treinta personas a cargo no se puede trabajar seis meses al año como lo hacíamos antes con la producción de forrajes porque los gastos fijos te corren de atrás. Por eso pensé en diversificarme lo que me permite tener trabajo todo el año”, explica Gardello desde su base de operaciones en Tandil. “Hace once años, comenzamos a incorporar maquinaria para realizar movimiento del suelo. De esa época, mejoramos equipos e incorporamos más herramientas”.

Así Forceres desarrolló una nueva unidad de servicio a cargo de su hijo Kevin que provee todo en la construcción de un sistema de efluentes, apoyados en un departamento de ingeniería para la construcción de feedlots, granjas porcinas, tanques australianos y demás proyectos para el campo. “Hacemos todo el desarrollo, no se improvisa, todo dependiendo de la necesidad del cliente,” detalla Daniel. “Hoy podemos decir que un cincuenta por ciento de nuestro servicio es picado de forraje, y la otra mitad movimiento de suelos”.

El titular de Forceres destaca que un evento que le cambió la forma de pensar su negocio fue el viaje a España cuando visitó a su colega y amigo Angel Caralt, que presta servicios de todo tipo los 365 días del año en la zona de Barcelona. “Ellos hacen picado, pero también siembra, cosechas, esparcido de estiércol, desagote de piletas de tambos, y trabajan todo el año”, explica Gardello. “Tomé mucho de ese modelo para reconvertir mi empresa”.

 

Balance de campaña

La gran capacidad de sus equipos les permite alcanzar una amplia zona de trabajo en varias provincias que va desde San Luis, Buenos Aires, sur de Santa Fe, La Pampa e incluso se trasladan al norte en provincias como Salta y Santiago del Estero. “No tenemos una zona específica. Allá por el 2012 estábamos puntualmente en Pehuajó y Trenque Lauquen, pero con el crecimiento de la empresa, hoy en día estamos trabajando en muchas provincias en forma muy pareja”, destaca Braian Gardello. “En promedio están trabajando tres mil hectáreas de picado por máquina –dos mil de cultivos de verano y mil de pasturas–, En general la campaña de picado del maíz y el sorgo arrancan en la primera semana de enero en la zona de San Luis.

Ha sido un año difícil advierten los Gardello donde la falta de lluvias y el calor impactó en la campaña. “Los cultivos fueron castigados por las altas temperaturas y el viento donde no hubo suficiente agua para que se desarrollen de una mejor manera”, explica Braian. “Nos hemos encontrado con cultivos que han logrado buena planta, pero al momento de llenado de espiga quedaron afectados. Fueron lotes con buena cantidad de materia seca pero que la espiga no terminó de desarrollar. Fue un año que hubo que tomar decisiones al momento de picar en elegir lo que es fibra o grano porque si esperaban que el grano se terminara de desarrollar se quedaban sin fibra. Hubo que buscar un punto medio”.

De todas maneras, a pesar de las condiciones climáticas concluyen que ha sido una buena campaña. “Los rindes en la zona de Santa Fe no han sido tan malos en muchos casos con 34 a 36 toneladas por hectárea, no así en Buenos Aires que fueron más bajos con rindes promedios más de 27 y algunos lotes con 30. En San Luis muy buenos porque nuestros clientes utilizan riego,” concluye Braian. “En definitiva no ha sido de las mejores, pero tampoco de la peores que hemos tenido”.

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