Desde las organizaciones de productores brasileños van a fondo y no dudan en las definiciones: sostienen que la cadena de allí está “empobrecida y descapitalizada”. Los reclamos llegaron incluso a ser debatidos en la Comisión de Desarrollo Económico de la Cámara de Diputados de Brasil, donde el sector primario describió a la compra de lácteos argentinos y uruguayos como “una competencia desproporcionada”.
Las miradas en el sector lácteo argentino son coincidentes: desde los productores agropecuarios hasta industriales miran con preocupación lo que sucede en Brasil, principal comprador de lácteos de la Argentina.
Incluso, funcionarios argentinos en Brasilia –tal como publicó el portal A24, en una nota que acompaña la firma de Ezequiel Morales– explicaron la estrategia que barajan para poder paliar problemas en la relación comercial, generados por el impacto del clima y los flacos bolsillos de los consumidores afectados por la pandemia.
“Cada vez que Brasil tiene un problema en el consumo interno mira para acá y nos culpa”, se lamentó un empresario. Argelia es otro de los mercados que aparece con inconvenientes, y la situación genera críticas al papel de la Cancillería.
“Francamente, llevo 46 años en la industria láctea y para mí es el momento más dramático. Hoy tenemos una caída de producción de más de 300 millones de litros”, advirtió el director ejecutivo de la Asociación Brasileña de la Industria Láctea de Larga Vida (ABLV), Nilson Muniz, indicó A 24.
Tal vez el señalamiento más incómodo llegó desde el norte del país vecino. El Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA) tomó las declaraciones del vicepresidente de Sindileite en Bahía, Lutz Viana, que pidió “ajustes al acuerdo del Mercosur para regular el ingreso de lácteos de Argentina y Uruguay”.
¿Qué es lo que observa Viana? Según él, las exenciones fiscales para el comercio intrabloque guarda inmediata relación con la reducción en las ganancias de los tamberos brasileños.
¿Cómo se compone la exportación de lácteos a Brasil?
El producto que más se comercializa es la leche en polvo, tanto entera como descremada, algo que durante muchos años fue casi el único sustento de la relación comercial en lácteos, hasta que distintos vaivenes económicos en ambos lados de la frontera obligaron a cambiar y a adoptar otras estrategias. Lo que primó fue asegurar el consumo allí, en tanto que aquí se buscó garantizar un mercado donde ubicar la producción.
Así fue que se pensó en una “diversificación”: esto generó la llegada de otros lácteos argentinos a Brasil, como el “queijo prato” (queso tybo, tipo barra), queso muzzarella, queso parmesano, queso azul y también el clásico dulce de leche.
“Se trató de diversificar a través de los productos y los destinos. La mayoría llegaba desde Río Grande do Sul hasta San Pablo, pero hoy en día tenés una gran cantidad de productos argentinos que llegan a casi todo Brasil. Y no solamente estamos hablando de leche en polvo, como pasaba antes, sino que cobraron mucha importancia los quesos muzzarella, o el “prato”, y también los duros como el sardo”, remarcó ante el llamado de A24.com Agro Javier Dufourquet, ingeniero agrónomo y agregado Agrícola en la Embajada Argentina en Brasilia desde hace 7 años.
Lo que indican desde el Gobierno argentino es que esta política no solo amplió “el portfolio de productos”, como llaman a las exportaciones. Sino que también permitió salir de la lógica repetitiva de las exportaciones de leche en polvo casi en soledad, para incorporar pymes argentinas al sector exportador.
“Lo de la leche en polvo era manejado solo por grandes empresas”, graficaron otras fuentes oficiales.
¿Por qué Brasil requiere lácteos argentinos?
“Argentina es superavitaria y Brasil deficitario en producción tambera, porque ellos son “zafreros” y casi toda su producción se realiza entre la primavera y el verano, cuando se dan las lluvias más importantes”, explicó a A24.com Agro Fernando Ramos, Gerente Plataforma de Exportaciones de la Asociación de las Pequeñas y Medianas empresas lácteas (Apymel). Aquí la producción se mantiene todos los meses del año.
Además, uno de los datos que asombra en las comparativas tiene que ver con la diferencia en el promedio de leche que una vaca puede producir según el lugar en el que se sitúe. Si pasta en la cuenca lechera de Santa Fe y Córdoba, o incluso en Buenos Aires, puede generar el doble de leche que lo que produce la misma vaca en Río Grande do Sul, una zona tambera importante en el país vecino.
Y precisó: “Una vaca en promedio en Argentina genera entre 24 y 26 litros en el año, mientras que allá está en 12 litros”.
Pero también se puede dar al revés: en el Estado de Paraná hay un polo de productores brasileños de ascendencia holandesa que invirtieron a gran escala y lograron rindes de excelencia, superiores a los argentinos. «Ahí están entre 30 y 35 litros al año», aseguró Valter Galán, director de Milk Point en una charla desde San Pablo.
La clave, entonces, está en que a la hora de comparar producciones Argentina tiene una armonía mucho más notoria entre sus distintas regiones. En cambio en Brasil los contrastes son muy marcados, y así el promedio general queda por debajo del argentino. Y con un mercado interno muchísimo mayor para abastecer.
También es a partir de este punto donde los industriales argentinos salen a defenderse de las críticas.
“Les sucede que son ineficientes y por eso la producción les termina saliendo más cara, porque producen menos. Vayamos al ejemplo de la muzzarella: para producir un kilo requerís entre 6 y 10 litros de leche, pero cuanto más litros se le ponga, mejor a la calidad final y queda menos líquida porque requiere de menores sales. Entonces ellos al disponer de menos litros de leche ven encarecidos sus productos”, comparó Ramos.
La grieta que abrieron los lácteos argentinos en Brasil
El alto precio de los commodities infló los precios de los insumos globalmente. Por eso, las diferencias climáticas que explican la menor producción brasileña hacen que producir cada litro de leche resulte más caro allá que acá. Por otro lado la pandemia también hizo su parte y golpeó el poder de compra de los consumidores.
Esta situación permitió que se aprecie el “quién es quién” a la hora de los reclamos en el país vecino. En el cuerpo diplomático argentino resaltan que los pedidos tienen que ver con los productores primarios, quienes ven en la leche en polvo y el resto de los productos una verdadera amenaza. Un empresario dio su mirada.
“Brasil tiene unos factores que generan esto: el tipo de cambio lo subieron mucho y con los precios internacionales altos de hoy no les conviene la importación. A su vez tienen una disminución en el consumo y caída de precio doméstico. Con lo cual las entidades primarias, que tienen normalmente peso en los Gobiernos, los presionan a los legisladores para que pongan una restricción”, explicó Jorge Giraudo, director ejecutivo del Observatorio de la Cadena Láctea (OCLA).
“Siempre que Brasil tiene algún problema en lácteos se da vuelta y mira para Argentina y Uruguay, como si fueran los culpables, por meterles mercadería”, resumió.
Pero Dufourquet reveló que no toda la cadena de lácteos en Brasil mira de reojo a las importaciones. Incluso hay defensores. “Tanto lo argentino como lo uruguayo es muy bien visto desde la calidad. Y es cierto que al entrar ese producto genera una baja de precios, y los productores lo ven como una amenaza. Pero hay algo paradójico: la industria brasileña nos ve con buenos ojos”, expresó en la charla con A24.com Agro.
¿Por qué sucede esto? Según esta mirada el ingreso de los productos argentinos “regula” el precio general de los lácteos en las góndolas de Brasil. “Si parás la importación se te van para arriba los precios internos, porque habría menos productos”, indicó y agregó: “además mejoran la calidad”.
Los otros mercados y el reclamo a Cancillería
Si no es Brasil, la otra opción real para exportar es Argelia. Se trata del último de los países “petroleros” que mantiene un fuerte vínculo con Argentina y demanda grandes cantidades de leche en polvo, pero cuyas compras deberían empezar a mirarse con lupa.
“Argelia está amenazando con comprar menos en 2022, ojalá no pase”, sostuvo Villano. Giraudo coincidió con esta mirada: “Tenemos dos problemas, porque Brasil y Argelia están en un proceso de freno de importaciones. Argelia incluso está desarrollando programas de crecimiento de su producción porque busca frenar su salida de divisas”.
Los empresarios exportadores argentinos señalaron críticas al rol de la Cancillería. “Hay que buscar otros mercados de volumen: México, China, los países de África incluso. Tenemos que poder competir con Australia o Nueva Zelanda, pero para eso hay que mejorar los acuerdos bilaterales que es algo que no podemos hacerlo los privados solamente, tenemos que hacerlo con el Gobierno. Pero el Gobierno no logra acordar cuotas o arreglos bilaterales parciales”, se lamentó Pablo Villano, presidente de Apymel.
Uno de los empresarios fue más duro. Dijo que el equipo de negociadores de Argentina “es lamentable, pero no de este Gobierno, la diplomacia comercial de Argentina en sí es un desastre. Nunca convocan al sector privado para negociar, que somos los que sabemos de cada tema”.
El mercado interno argentino ¿Una opción?
Los parámetros normales de consumo en Argentina son de 180 litros de leche per cápita al año, aproximadamente unos 8.500 millones de litros que circulan por el mercado interno. En 2021 Argentina cerrará con una producción de 11.500 millones de litros, 3 millones más de lo que se consume.
“En Argentina todo litro de más que se crece va a la exportación. Y eso va a tener que encontrar una solución porque localmente ya estamos saturados”, advirtió Giraudo.
Villano fue más explícito: “Acá ya estamos en el límite del consumo y además la gente no tiene un mango. Ante ese panorama los precios se te deprimen y todo va para abajo. Vendés el lácteo más barato de lo que corresponde y además de todo te termina puteando el tambero por lo que le podés pagar”.
Buenos Aires, 21 de diciembre de 2021