A nivel mundial, existen diversas metodologías para establecer el precio pagado al productor. «Una de las cuestiones que se consideran es el destino de la producción», explicaron desde CREA.

Un relevamiento que realizó el equipo de análisis del movimiento muestra que en aquellos países cuyo destino principal es el mercado internacional, como Nueva Zelanda, Uruguay e Irlanda, la metodología de pago busca incentivar la producción de solidos útiles (% grasa butirosa + % proteína) con el objetivo de ser más eficientes en el procesamiento de la leche en función de los productos que se exportan.

«Otra cuestión contemplada en la formación de precios es el vínculo entre el productor y la industria», explicaron.

Según lo relevado por CREA, en aquellos países en los cuales existe una estrecha relación entre el eslabón primario y el secundario, mediante una figura asociativa, pareciera haber una menor cantidad de conflictos. En los tres países mencionados anteriormente, además del compartir el destino prioritario, se destaca que el mayor porcentaje de leche procesada se realiza a través de cooperativas.

En Argentina, actualmente, no habría una relación entre el precio que reciben los productores y la calidad de su leche: «Es importante trabajar en herramientas que permitan generar un precio acorde a la calidad y composición de la leche, y así brindar mejores precios para los productores, mayor transparencia del sector y productos de valor superior en cuanto a contenido de sólidos, inocuidad y sanidad»

«Hoy en día en nuestro país se está trabajando establecer la metodología utilizada en la formación del precio por litro, aunque todavía existe largo camino por recorrer», destacaron desde CREA.

SISTEMAS DE PAGO DEL MUNDO

A continuación, se detallan las características de los sistemas de pago de los principales países productores de leche que relevó el Movimiento CREA:

Uruguay

Desde 1992 trabaja en establecer una leche de referencia con parámetros de calidad fijados con el objetivo de permitir la comparación de leches entre productores. Por lo que actualmente el precio se genera principalmente en función de la composición.

Es decir, se paga por la cantidad de kilogramos de grasa (30% del precio) y proteína (70% del precio) que se entregan a la usina receptora. A su vez, se bonifica (hasta 20%) o penaliza (hasta 30%) por calidad. Por último, se tienen en cuenta, de manera positiva o negativa, la distancia, el volumen y la temperatura a la entrega.

Nueva Zelanda

Con similitudes a Uruguay, ya que la mayoría de los productores entregan la leche a las cooperativas y el precio se determina principalmente por el contenido de grasa y proteína. Las diferencias en este sistema radican en que no se bonifica por un mayor contenido de sólidos útiles o mayor calidad, sino que se castiga el precio si no se cumple un determinado estándar. Y, que el componente de grasa tiene más valor que el componente de proteína, debido al mix de productos que comercializa dicho país.

Una particularidad del sistema de Nueva Zelanda es el “market return”, que consiste en distribuir los ingresos por ventas de toda la campaña, a cada productor conforme a la participación de sus acciones.

Australia

Existen dos sistemas de pago en función de la zona productiva. La cuenca Sur, cuyo destino principal es la exportación, se paga por kilogramos de sólidos útiles. Los precios se establecen por contratos, fijando un precio de apertura al inicio de la temporada (correspondiente al 90% del precio final) y se realizan correcciones (comúnmente positivas).

La cuenca Norte, abocada al mercado interno, paga por litro. En este caso, se firman contratos de largo plazo en los cuales el productor se compromete a entregar un volumen mensual, y la industria bonifica la estabilidad de entrega de leche a lo largo del año.

A pesar de contar con diferentes sistemas de pago, en ambas cuencas se considera el contenido de grasa y proteína (favoreciendo a esta última), la calidad higiénico-sanitaria y la distancia.

POLÍTICAS LECHERAS MUNDIALES Y CONCLUSIONES

Desde CREA comentaron que en base a las características de los sistemas de pago descriptos, «se infiere que en ninguno de los países referentes hay intervención directa del Estado en la formación de precios, pero sí incide en el sector mediante políticas que buscan mejorar la competitividad y reducir la incertidumbre de mercado».

Como ejemplo, se puede mencionar a Estados Unidos que, a partir de la “Ley Agraria” (Farm Bill) de 2014, generó una serie de acciones que contribuyen a los productores de leche a gestionar el riesgo durante períodos económicamente difíciles, como la utilización de mercados de futuro, adquisición de seguros y programas de promoción y fomento a la investigación.

Asimismo, la Unión Europea, cuenta con políticas lecheras que complementan los sistemas de pago de la leche. A través de la “Política Agrícola Común 2014-2020” plantea una serie de herramientas, como seguros e incentivos, en transferencia de conocimientos y asesoramiento.

En conclusión, «es importante que los integrantes de la cadena láctea Argentina continúen trabajando en el sistema de pago», destacaron desde CREA.

Para lograr la mayor transparencia, las reglas tienen que ser claras para todos los eslabones: «Esto permitiría aumentar la confianza entre productores e industrias y así mejorar la competitividad del sector».

Por otro lado, se debería tener en cuenta que cualquier sistema de pago debe ser instrumentado de manera paulatina, para que todos los productores puedan ir mejorando de manera escalonada sus indicadores de composición y calidad.

Fuente: http://www.todoelcampo.com.uy/