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De la importación de fertilizantes dependen sumar o no hasta u$s 4.500 M en exportación de trigo y maíz

De la importación de fertilizantes dependen sumar o no hasta u$s 4.500 M en exportación de trigo y maíz

La Bolsa de Comercio de Rosario indicó que de asegurarse la Argentina la importación de los fertilizantes que requiere la producción agrícola local se evitaría que las exportaciones caigan por entre u$s 3.300 millones y u$s 4.500 millones en las ventas externas de trigo y maíz.

Así lo estimó la Dirección de Información y Estudios Económicos de la bolsa rosarina, en un estudio firmado por especialistas como Guido D´Angelo, Florencia Poeta, Emilce Terré, Patricia Bergero y Julio Calzada.

Según se indicó en el estudio, Argentina necesita fertilizar sus suelos cada vez más para seguir apuntalando el comercio exterior agroindustrial. Ante un potencial problema de falta de dólares y restricciones a las importaciones de fertilizantes podría darse un panorama complicado que generaría menos producción y caída en las exportaciones del agro.

Por ello, los especialistas de la Bolsa de Rosario comentaron que los mercados globales de fertilizantes vienen siendo sustancialmente trastocados en los últimos años. Cuellos de botella en la salida de la pandemia, alzas de la demanda mundial, cambios en políticas de exportación, entre otros factores, vienen impulsando al alza a los precios de los principales fertilizantes a nivel mundial.

«Apuntalando sus rindes y sosteniendo la productividad de los suelos argentinos, la agroindustria nacional viene requiriendo cada vez más fertilizantes, año tras año. La capacidad instalada a nivel nacional no alcanza para abastecer la demanda de fertilizantes, por lo que una gran proporción de éstos son traídos del exterior junto con materias primas como roca fosfórica. Potenciales limitaciones a las importaciones de fertilizantes por falta de  dólares podrían generar caídas en la producción agrícola y agroindustrial. Solamente en trigo y maíz hemos estimado que se generarían bajas de exportaciones por un valor de entre US$ 3.300 y US$ 4.500 millones», se indicó en el estudio.

Para los especialistas, las necesidades de compra de insumos por parte del campo será evidente en los próximos meses: de la importación de fertilizantes dependen el desarrollo, y claro la exportación, de productos tales como granos, harinas, aceites y biodiesel de la República Argentina para la campaña 2022/2023.

Según la BCR, en la última campaña 2021/2022 se obtuvieron unos 38.000 millones de dólares anuales de exportaciones, una cifra clave y vital para la Argentina.

La urea a nivel internacional llegó a valer más de u$s 900 por tonelada en diciembre del 2021, con precios apenas por encima de los u$s 300/t en mayo del mismo año. El fosfato monoamónico (MAP) también mostró importantes subas, desde u$s 550/t en mayo a casi US$ 850/t en febrero de este año.

Se indicó que a lo largo de noviembre, los precios de la urea aumentaron fuertemente y reflejaban un mercado con escasa oferta y pocas operaciones. Este escenario fue cambiando desde el inicio del 2022 donde se evidenció una importante caída de precios que viene registrándose semana tras semana.

En el 2018, Argentina representa solo un 1% del consumo mundial de fertilizantes en 2018, ubicándose en el puesto 24 en el ranking de consumo. Por ello, para el país y sus campos, es vital obtener nuevos nutrientes para su suelo. El uso intensivo hace que cada vez se demande más este tipo de insumos en el ámbito local.

Según consta en el último informe de coyuntura (febrero 2022) emitido por la Dirección de Informaciones y Estudios Económicos de la bolsa rosarina, las reservas internacionales culminaron el año 2021 con reservas brutas en el orden de los u$s 39.662 millones, implicando un aumento de solo u$s 275 millones respecto al año 2020 y una caída de u$s 5.186 millones respecto de finales del 2019.

Las reservas netas del BCRA finalizaron en 2020 en niveles muy bajos, aproximadamente en u$s 3.675 millones. A finales de enero del 2022 las mismas cayeron a un valor crítico de u$s 1.684 millones, sin contabilizar los pagos de intereses al FMI de principios de febrero.

«Así, Argentina se encuentra nuevamente en una situación de gran fragilidad de reservas que dificultan la estabilidad externa en el corto plazo», indicaron los especialistas.

«Esta situación preocupa fuertemente al sector agropecuario de cara a la campaña 2022/2023, ante la posibilidad de que no pueda mantenerse un flujo óptimo de importaciones de insumos y bienes de capital necesarios para consolidar los casi 38.000 millones de U$S de exportaciones anuales que genera la venta de granos, harinas, aceites y biocombustibles», refirió también el estudio.

Para el caso puntual del maíz se hizo el siguiente análisis:

Situación Crítica. La falta de fertilizantes genera caída del 26% en los rindes de trigo y 19,4% en maíz.

Tomamos una campaña 2022/2023 en la cual siembra la misma área que en el ciclo 2020/2021 pero por la merma en las aplicaciones de fertilizantes los rindes bajan un 19,4 % (De 81,8 QQ/ha a 65,9 QQ/ha). De esta manera, la producción total de maíz para la 2022/2023 podría ubicarse en casi 42 Mt, lo que implicaría una caída interanual de 10 Mt. Este guarismo valuado a los precios FOB actuales representa una reducción de exportaciones de U$S 2.864 millones.
Tomando ambas caídas productivas, el impacto negativo total supera los US$ 4.576 millones.

Conclusiones generales:

Los dos escenarios planteados de posibles reducciones en el uso de fertilizantes y bajo los supuestos adoptados evidencian:

Escenario N°1: Moderada falta de fertilizantes. Podría generarse una caída de exportaciones del más de US$ 3.388 millones sólo en las cadenas de trigo y maíz.

Escenario N°2: Situación Crítica de falta de fertilizantes. La baja de exportaciones aquí se ubicaría en los US$ 4.576 millones, solo tomando trigo y maíz.

En este tema, no debe olvidarse la importancia de los fertilizantes fosfatados más allá de los nitrogenados como la urea. Si bien existe producción en Argentina de fertilizantes fosfatados, se requieren importaciones de roca fosfórica. Resulta necesario garantizar la provisión de esta materia prima importada para asegurar la producción local. El escenario podría ser aún más crítico si no se puede asegurar la importación de fosfatados en general.
Otro tema que no debe soslayarse es la inestable situación política internacional y el conflicto Rusia- Ucrania, que puede llegar a generar profundos cambios en el mercado mundial de fertilizantes, con impactos negativos sobre las importaciones argentinas y el aprovisionamiento en los próximos meses. Esperemos que esto no suceda.

De lo expuesto se deduce que una posible limitación en las importaciones de fertilizantes no redundará en ahorros de divisas, sino que llevará a mayores pérdidas de producción agroindustrial, menores exportaciones, y por ende, una menor liquidación de divisas a nivel nacional. Reiteramos que lo que se expone en esta nota no significa necesariamente que se presentará este escenario negativo en los próximos meses. Lo que se busca es remarcar la importancia que tienen las importaciones de fertilizantes en las exportaciones agroindustriales de granos, harinas, aceites y biodiesel de la República Argentina para la campaña 2022/2023. Recordemos que la estimación actual de la BCR para la última campaña 2021/2002 se aproxima a los 38.000 millones de dólares anuales de exportaciones, una cifra clave para el equilibrio macroeconómico de nuestro país y el cumplimiento de los futuros compromisos que se tomen con el Fondo Monetario Internacional.

Buenos Aires, 24 de febrero de 2022

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