«Para marzo se espera un precio de 320 pesos por litro o quizás superior para la leche de los tambos entregada a la industria: haber quitado las retenciones que no deberían volver y eliminar las restricciones de exportación ayudó a recuperar y sostener precios», explicó el último informe de la consultora Z + M.
Según indicaron Teo Zorraquín y Alejandro Meneses, expresaron que «en febrero el precio de la leche Siglea fue de 291,69 $/litro (4172,76 $/kilo de sólido), lo que representa un aumento del 19,6% respecto al mes anterior y un 294% respecto a un año atrás. Medido en dólares oficiales, el precio es de 0,34 $/litro, un valor atractivo en la medida que no haya brechas o diferenciales con el dólar utilizado para los insumos, algo que todavía está presente».
En el mundo
«A nivel internacional -expresaron-, los reportes indican que la demanda se sostendrá firme en los países importadores de lácteos, aunque este mes se ha registrado una leve caída del 4% en el precio de la leche de polvo entera y quizás tarde en recuperarse. En este escenario, los tambos empiezan lentamente a recomponer sus finanzas y a recuperar rentabilidad».
Clima y pasturas
Según Z + M, «el clima juega su rol, ya que la producción de forraje (pasturas y verdeos) así como el de maíz para silo, define una buena parte de la oferta alimenticia de los rodeos. Ante un potencial año Niña, las empresas deberán calibrar más ajustadamente la carga y la necesidad de suplementación».
«Los costos de suplementación, liderados por el maíz, están controlados en la medida que este grano siga con precio deprimido. Los costos generales (salarios, arrendamientos, impuestos, servicios, insumos) van subiendo en muchos casos por encima de la inflación, reduciendo una buena parte del beneficio logrado por el aumento de precio de la leche. En el primer bimestre la producción de leche a nivel país se redujo cerca de un 15% respecto a un año atrás. En principio parece algo coyuntural y que debería compensarse con una mayor producción en lo que resta del año, pero es una señal de alerta», explicaron.
También consignaron que «no son gratis los vaivenes de la economía, la alta presión fiscal y las restricciones comerciales en la actividad lechera. El tambo es una actividad que requiere una alta inversión inicial y nunca es fácil salir, pero cuando se deja la actividad hay pocos casos en los cuales el mismo empresario la retoma. Hay que dar estabilidad y reglas de juego amigables para que haya más inversión en toda la cadena. Una economía estable, con exportación abierta y sin brecha cambiaria sería un entorno que promovería el crecimiento y la inversión lechera».
Buenos Aires, 26 de marzo de 2024