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El maíz tardío se afianza en el sur bonaerense

El maíz tardío se afianza en el sur bonaerense

Estudios realizados por especialistas de la Chacra Integrada Barrow (dependiente del Ministerio de Desarrollo Agrario de Buenos Aires y del INTA) demostraron cómo la fecha de siembra, la densidad de las plantas y la elección de los híbridos –entre otros aspectos– permiten ajustar estrategias de manejo y definir las más adecuadas.

Con rindes que van desde los 2000 a los 12000 kilos por hectárea, según cada ambiente, el cereal resulta rentable y estable en la región. Este tipo de información fue presentada en el Congreso Aapresid 2023.

En los últimos años, gracias a la aplicación de tecnologías de procesos, el maíz tardío logró instalarse como opción rentable en las secuencias donde prevalecían los cultivos de invierno. De hecho, un estudio de la Chacra Integrada Barrow (dependiente del Ministerio de Desarrollo Agrario de Buenos Aires y del INTA) determinó que la fecha de siembra, la densidad de las plantas y la elección de los híbridos –entre otros aspectos– permiten ajustar las estrategias y lograr rindes que van desde los 2000 a los 12000 kilos por hectárea, según cada ambiente. Los resultados de este estudio serán presentados en la edición número 30 del Congreso Aapresid 2023, que se realiza del 9 al 11 de agosto en Rosario –Santa Fe–.

“El maíz tardío ha demostrado ser muy estable y, en comparación con los demás cultivos de verano, tiene un buen retorno económico”, expresó Fernando Ross –especialista en cultivos del INTA– y agregó: “Esto se hace evidente el gran crecimiento de las superficies sembradas con maíz tardío, que aumentaron 1500 %; de 10.000 hectáreas sembradas en el partido de Tres Arroyos hace 10 años atrás, pasamos a 150.000 hectáreas en la actualidad”.

“Esta situación genera un efecto contagio entre los productores quienes se acercan al INTA con mucho interés por saber cuáles son las mejores prácticas de manejo, cuáles son los mejores genotipos para sembrar, los más adaptados y adecuados para la zona”, señaló Ross quien desde hace dos campañas se encarga de la coordinación técnica de un proyecto de Aapresid que evalúa híbridos de maíz a campo, en el marco de la Red de Maíz Tardío. Esta red se enfoca en el conocimiento e intercambio de experiencias sobre el cultivo de maíz sembrado en fechas tardías en la zona núcleo expandida (Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos)–.

Así, el retraso en la fecha de siembra pretende ubicar el periodo crítico para la definición del rendimiento (30 días centrados en floración) en condiciones de menor probabilidad de deficiencias hídricas, debido a una menor demanda atmosférica. “Atrasar la fecha de siembra, desde el punto de vista de manejo, ha logrado mucha estabilidad en la producción de maíz a nivel regional y también a nivel nacional”, indicó Ross.

“En el marco de la Red, priorizamos los ensayos a campo, con el objetivo de contrastar longitudes de ciclo, densidad de siembra, y otros aspectos como el secado y resistencia a quebrarse”, expresó Ross y detalló: “Aspectos como quebrado de tallo, que muchas veces es una cuestión secundaria, pasa a convertirse en uno de los grandes temas en campañas con buen lleno de grano que, por el peso y el tiempo que pasa en la madurez fisiológica y la cosecha (alrededor de dos meses), el cultivo se empieza a quebrar y eso repercute en pérdidas”.

En la región, en el marco de la Red Aapresid se evaluaron alrededor de 12 híbridos de maíz. “El maíz tardío ha demostrado ser rentable y estable, en comparación con otros cultivos, por lo que, ha sido ampliamente adoptado por los agricultores en la zona”, subrayó Ross quien sugiere utilizar fertilizantes y adecuar el manejo del cultivo a los diferentes ambientes para estabilizar los rendimientos.

“Es un cultivo que tecnológicamente responde ‘y mucho’, entonces el productor va incorporando más fertilización, porque el maíz es una gramínea que necesita fertilización, ‘necesita nitrógeno’”, indicó el especialista del INTA quien ejemplificó: “En la última campaña, el rango de rendimientos fue bastante amplio. Desde Bahía Blanca con 2000 kilos, hasta la zona de Azul y Tandil que llegaron hasta los 12.000 kilos por hectárea”.

Buenos Aires, 10 de agosto de 2023

 

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