El maíz logró cerrar la pasada semana en el mercado de Chicago con una suba superior 4,3%, se ubicó en el segundo escalón del podio, gracias a una activa demanda interna derivada de la industria del etanol y a la chance que se le podría generar para entrar en China, por la fuerte suba de los valores del cereal del otro lado de la muralla.
Luego de hilvanar cuatro ruedas alcistas, la soja quedó en el tercer escalón del podio, con mejoras mayores al 3,2%, que tuvieron entre sus fundamentos el recorte hecho por el USDA el martes en su estimación sobre la cosecha estadounidense, el repunte de las cotizaciones de la harina y la expectativa de los operadores en la cumbre virtual que sostendrán mañana Joe Biden y Xi Jinping, tal como consignó la consultora Granar.
La semana fue positiva para el maíz argentino, dado que sus precios registraron mayoría de alzas. La transición fue de 190 a 200 dólares por tonelada (de 18.951 a 20.004 pesos) para las terminales del Gran Rosario y de 195 a 200 dólares para Necochea, mientras que para Bahía Blancas las ofertas de los exportadores se mantuvieron firmes en 220 dólares por tonelada, que por la devaluación del tipo de cambio oficial implicó un paso de 21.943 a 22.004 pesos.
Para el viernes el FAS teórico del maíz fue calculado por Agricultura en $ 20.236, mientras que para el inicio de la semana comercial fue fijado en 20.497 pesos. El valor FOB del maíz en los puertos argentinos pasó de 248 a 253 dólares por tonelada.
Las mejoras semanales se replicaron sobre las pizarras del Matba Rofex, donde los ajustes de las posiciones diciembre y abril del maíz sumaron un 2,29 y un 2,17%, al pasar de 196,50 a 201 y de 193,80 a 198 dólares por tonelada. Este nivel de precios para la nueva cosecha invita al diseño de coberturas que fijen un piso sólido y que dejen abierta la chance de capturar eventuales subas, en momento donde los insumos se encarecen y donde la exposición a riesgos evitables es lo más desaconsejable.
Para el maíz de la nueva cosecha, con entregas entre marzo y abril, el saldo semanal fue positivo, dado que las propuestas de los exportadores crecieron de 194 a 198 dólares por tonelada para la zona del Gran Rosario y de 220 a 225 dólares para Bahía Blanca y para Necochea.
En su informe semanal sobre carga de buques programada para el período del 10 de noviembre al 15 de diciembre, la BCR marcó que deben salir desde el Gran Rosario 1.056.100 toneladas de maíz; desde Bahía Blanca, 185.710 toneladas; desde Necochea, 31.302 toneladas, y desde otros puertos, 57.800 toneladas.
Respecto de los cultivos, el jueves la BCBA relevó el avance de la siembra de maíz para grano comercial sobre el 29% del área prevista, demorada frente al 31,2% de igual momento de 2020 y del 37,5% promedio de los últimos cinco años. «Nuevamente, las lluvias relevadas en parte del área agrícola nacional mejoraron las reservas hídricas de los lotes del cereal de verano. Los buenos niveles de humedad en los primeros centímetros del perfil permitieron la incorporación de los últimos cuadros tempranos en las provincias de Santa Fe y de Córdoba», indicó la entidad.
Para la Argentina el USDA proyectó el martes la cosecha en 54,50 millones de toneladas, por encima de los 53 millones del mes pasado, en tanto que las exportaciones las estimó en alza, de 38 a 39 millones.
Los precios del maíz retomaron en Chicago el camino alcista tras las bajas de la semana anterior. En efecto, las posiciones diciembre y marzo sumaron un 4,38 y un 4,04%, luego de pasar de 217,71 a 227,25 y de 221,35 a 230,30 dólares por tonelada. Entre los factores que impulsaron los valores del cereal se destacaron las compras hechas por los fondos de inversión, en particular el miércoles, luego de que se conociera el dato de inflación de octubre, que con un 0,9% llevó la suba interanual al 6,2%, el nivel más alto desde 1990. Eso hizo que los inversores salieran a buscar refugio con la adquisición de contratos de materias primas, que en el caso de los granos tuvieron al maíz y al trigo como los principales focos de atracción. Además de este renovado interés de los especuladores, apuntalaron el nivel de precios del maíz la fortaleza del trigo; la mayor demanda desde la industria del etanol, confirmada el martes por el USDA en su informe mensual, y el encarecimiento que el maíz está teniendo en China, que abre las puertas a que la demanda de ese país retorne a Estados Unidos.
Por orden cronológico, el lunes el USDA relevó el avance de la cosecha de maíz sobre el 84% del área apta, contra el 74% de la semana pasada, el 90% de igual momento de 2020, el 78% promedio de las cuatro campañas precedentes y el 85% estimado por los operadores. Al cierre de la semana los operadores estimaron el progreso de la recolección sobre el 91% de la superficie apta.
En cuanto al informe mensual del USDA, gracias a un rinde promedio nacional estimado en 111,10 quintales por hectárea, por encima de los 110,78 de octubre y de los 111,03 quintales calculados por los privados, proyectó la cosecha de EE.UU. en 382,59 millones de toneladas, arriba de los 381,49 millones del reporte anterior y de los 382,29 millones previstos en la previa por los operadores. En el resto de las variables comerciales mantuvo en 143,52 millones de toneladas el uso forrajero, pero elevó de 311,93 a 313,20 millones el uso total por el incremento del volumen destinado a la industria del etanol, que pasó de 132,09 a 133,36 millones de toneladas. El cálculo sobre las exportaciones fue sostenido en 63,50 millones. En el balance de todas estas cifras, el organismo ubicó el stock final en 37,94 millones de toneladas, levemente por debajo de los 38,10 millones de octubre, pero por encima de los 37,60 millones esperados por los privados.
El miércoles, el informe semanal de la Administración de Información sobre Energía de Estados Unidos no fue todo lo que esperaban los operadores, pero mantuvo un nivel de producción de etanol entre los más elevados de la serie histórica. En efecto, tras cinco semanas de alzas consecutivas, relevó un descenso de la producción del biocombustible de 1.107.000 a 1.039.000 barriles, un volumen que se mantuvo arriba de los 977.000 barriles de igual momento de 2020. Además, el organismo marcó el incremento de las existencias del biocombustible, que pasaron de 20.129.000 a 20.286.000 barriles.
Sobre el tema biocombustibles, el jueves un artículo de la agencia Reuters dio cuenta del incremento de la presión del lobby petrolero para que la Casa Blanca flexibilice los mandatos obligatorios de corte. Y en esa «gestión» –según el artículo– comenzaron a amenazar con eventuales cierres de plantas refinadoras y con la pérdida de puestos de trabajo si la Administración Biden no se encolumna detrás de sus exigencias. Esta situación, sumada al hecho de que la Agencia de Protección Ambiental sigue difiriendo una decisión sobre los mandatos de corte, le puso algo de presión a los precios maíz, que en la rueda del jueves se cotizó con leves altibajos.
Y el viernes, en su reporte sobre las exportaciones semanales estadounidenses, el USDA relevó ventas de maíz por 1.067.300 toneladas, por debajo de las 1.223.800 toneladas del informe anterior, pero dentro del rango calculado por los privados, de entre 700.000 y 1.400.000 toneladas. En lo que va del ciclo comercial 2021/2022 se comprometieron ventas por 32.076.000 toneladas, un 6% menos que a igual momento de 2020. Es importante destacar que el principal comprador semanal fue Canadá, con 357.600 toneladas. Por la caída en las cosechas de granos forrajeros canadienses en el ciclo 2021/2022 –cebada, avena y trigo– las importaciones de maíz de ese país se prevén en 3 millones de toneladas, un 89,87% arriba de los 1,58 millones del ciclo 2020/2021. Y, por cuestiones obvias, Estados Unidos es el país favorecido por esta mayor demanda.
Capitalizar todas las chances que se le presenten será vital para que Estados Unidos pueda cumplir con su meta de exportaciones, en una campaña en la que verá crecer la oferta de sus competidores, según surge de las estimaciones del USDA. En efecto entre Brasil (43 MT), Argentina (39 MT) y Ucrania (31,50 MT) volcarían en el mercado 113,50 millones de toneladas, un 40,98% más que los 79,80 millones aportados en el ciclo 2020/2021.
Como señalamos anteriormente entre los factores alcistas de la semana, el mercado comienza a seguir de cerca el encarecimiento interno del maíz en China, por las complicaciones derivadas de las excesivas lluvias, que no solo demoraron la cosecha, sino que complican las tareas de secado, en tiempo de energías también encarecidas. Y frente a esto, el encuentro virtual entre Biden y Xi también genera expectativas positivas.
Fuera de los datos atinentes a Estados Unidos, el martes el USDA estimó la producción de Brasil en 118 millones de toneladas y sus exportaciones, en 43 millones, sin variantes. El jueves la Conab elevó su cálculo de producción de maíz de 116,31 a 116,71 millones de toneladas, pero redujo de 39 a 36,68 millones la previsión sobre las exportaciones.
Las importaciones chinas fueron sostenidas en 26 millones de toneladas, al igual que las de México, la Unión Europea y las de Japón, en 17, 15 y en 15,60 millones de toneladas, respectivamente.
Buenos Aires, 14 de noviembre de 2021