En el norte de España, entre las verdes colinas, los valles y el mar aun se mantiene una fuerte tradición «leiteira»: los hijos y nietos conservan la pasión de la tradición familiar por las vacas lecheras.

En la ganadería Carballeiras Madriñán en Lalín, en la provincia española de Pontevedra (en Galicia) han estado trabajando durante años en la mejora genética y aprovechando el potencial de cada uno de los especímenes de la granja. Centrándose en los frisos, desde hace unos meses han decidido diversificar sus rebaños al mismo tiempo que también se enfrentan a la expansión de las instalaciones.

Tal como refiere un artículo publicado por el diario Campo Gallego, en una nota firmada por Laura Martínez, se indicó que cuando el abuelo de Miguel Madriñán compró la tierra en la que se encuentra hoy la ganadería Carballeiras , ya estaba comprometido a tener animales con buena genética en su granja. Hoy, más de 40 años después, Miguel continúa con la misma filosofía en la finca. “Las primeras vacas que fueron importadas para el ganado fueron traídas por mi abuelo de Canadá. Quería tener buenos animales en la granja y ahora estamos en la misma línea ”, explica.

La mejora genética es uno de los pilares de esta granja familiar ubicada en la localidad de A Veiga. Miguel es la tercera generación de este SAT que se integra con él a sus padres y tíos, y que también acaba de unirse a su hermano Rubén. En los últimos meses también están inmersos en la fase de expansión con la construcción de un nuevo barco para aumentar el número de cabezas de este ganado intensivo. «Nuestra intención es ordeñar alrededor de 250 animales», dice. En este momento tienen alrededor de 360 ​​cabezas de ganado, con 185 vacas de raza Holstein y una producción anual promedio de casi 10.800 litros. A estas vacas en producción se suman unas 126 crías y la cría más joven.

Aquí la nota completa en idioma gallego publicada por el portal campogalego.gal

Apuesta por la genética

SAT Carballeiras Madriñán es uno de los nombres habituales en los concursos morfológicos del ganado frisón, una pasión que el patriarca también transmitió a las nuevas generaciones. “Desde que era niño, mi abuelo me inculcó ganado e iba a competiciones. Desde muy joven supe que quería seguir con las vacas «, recuerda Miguel. En la ganadería tienen vacas destacadas en diferentes concursos como el de Feiradeza y también han recibido el reconocimiento a su trabajo como criadores. Miguel fue en 2012 el séptimo mejor entrenador en Europa y el tercer mejor entrenador, en una competencia internacional celebrada en Inglaterra.

«Ahora participamos en cada vez menos competencias, porque lleva mucho tiempo, pero seguimos apostando por la genética de la misma manera», dice. Este año planeaba regresar al concurso de Feiradeza con varias copias, pero la crisis de salud del coronavirus ha significado que, por el momento, esta edición ha sido cancelada y ya ha comenzado a pensar en el próximo año. «Para nosotros, las vacas con buena genética también son las más rentables en la granja, por lo que nos preocupamos por tener animales con buenas características», dice Miguel.

«Mi abuelo había traído vacas de Canadá para el ganado porque quería tener buenos animales en la granja y ahora estamos en la misma línea».

Producción

Tanto José Manuel como Miguel también quieren que los animales sean rentables en la granja. «Para nosotros, no se trata de priorizar el logro de buenos promedios de producción global, sino de poder aprovechar el potencial de cada vaca», dice José Manuel, mientras indica que continúan ordeñando vacas que dieron a luz hace más de 2 años y continúan produciendo 25 litros de leche, mientras que en el rebaño también tienen vacas con una producción promedio de 57 litros.

«En otras granjas, estas vacas ya las habrían vendido, preferimos que estén en buenas condiciones, para continuar dándonos leche mientras se trata de contabilidad que es rentable», explica. «Sin estas vacas, nuestro promedio, que ahora es de aproximadamente 34 litros por vaca, seguramente habría aumentado, pero para nosotros es mejor trabajar de esta manera, sin desperdiciar lo que ese animal puede ofrecernos mientras estamos en la granja».

En el ganado, la ración de vacas en producción consiste en medio kilo de paja, 10 kilos de silo de hierba, 23 kilos de silo de maíz y 14 kilos de alimento. Mientras tanto, la ración de los jóvenes es de 27 kilos de ensilaje de hierba, 2 kilos de paja y 4 kilos de ensilaje de maíz. Por su parte, las vacas secas reciben 3.5 kilos de paja, 14 kilos de ensilaje de pasto, 12 kilos de ensilaje de maíz y 2.5 kilos de alimento.

Actualmente, tienen cualidades de 3.29% de proteína y 4.16% de grasa y están trabajando para aumentar estos valores. Esta es una de las razones por las que decidieron incorporar un nuevo lote de 23 camisetas jóvenes de una granja de Menorca. «Los compramos el año pasado en febrero y ahora tenemos los primeros en dar a luz», explica el agricultor.

Buscan diversificar el rebaño y no solo apostar por aumentar la cantidad de leche sino también la calidad. «Veamos cómo se fija el precio de la leche, pero los sólidos son cada vez más importantes», dicen. Desde abril , han estado vendiendo leche a Inleit, que acaba de bajar su precio en 2 centavos . «Siempre vendemos a Larsa, pero decidimos cambiar a Inleit porque pagó mejor, y veremos cómo va ahora», dicen.

Una expansión en marcha

Este agosto se cumplen 15 años desde que comenzaron a trabajar en el barco actual y ahora están inmersos en el proceso de expansión para duplicar la capacidad de las instalaciones. En febrero del año pasado, el trabajo comenzó en una nave contigua de 28 metros de ancho y 60 metros de largo. «Las lluvias del año pasado retrasaron nuestro trabajo y las obras están condicionando en gran medida nuestro día a día en la granja», dicen los agricultores. La expansión implica una inversión de 591.800 euros y obtuvo una contribución de casi 296.000 euros dentro de un Plan de Mejora con fondos europeos.

Buenos Aires, 6 de agosto de 2020