Con la expectativa que generó el juicio político que se le sigue en el Congreso de Estados Unidos al presidente Donald Trump, no pocos legisladores repararon en una tradición de la Cámara Alta: beber leche de vaca, algo permitido en las sesiones senatoriales.
En el proceso que se le sigue a Trump por posible abuso de poder y obstrucción a la Justicia, las imágenes trasmitidas por las cadenas internacioneles de noticias dejaron en evidencia la inclusión de vasos de leche sobre los estrados de los senadores. Una acción que se presenta como muy antigua en este cuerpo legislativo, que es el más grande del mundo.
Así es como dos vasos con una bebida de color blanco (leche), junto a unas galletas de chocolate, se observaron sobre el escritorio de Tomás Cotton, senador republicano de Arkansas.
Mientras charlaba con Cotton y otro senador, Ricard Burr, legislador republicano de Carolina del Norte, también tomaba de su propio vaso de leche, el cual le entregó un asistente minutos antes.
Mucho dio que hablar una actitud de la senadora Elizabeth Warren, quien simulando tomar leche, aunque los periodístas legislativos comprobaron que no era leche sino yogurt de vainilla que ingresó de contrabando a la sala. Un pecado que quizás pueda ser perdonado por sus pares. Tras alguna observación, Warren al día siguiente cambio el yogurt por un vaso de leche.
A parte del agua, la leche por tradición es la única bebida que es permitida tomar en la Cámara del Senado de Estados Unidos mientras se desarrolla una sesión. La regla rige desde el 24 de enero de 1966, cuando un miembro del cuerpo comenzó a tomar leche en el salón. Se especula que ya en la década del 50 se planteaba la necesidad de beber este alimento para frenar los efectos de una gastritis, que con el tiempo se sabe que médicamente todo alivio, esto es pasajero.
Esta cuestión llegó a los medios y fue tema de consulta a los senadores. Un cronista de la cadena CNN sorprendió a varios senadores en un pasillo de Washington: ¿Se puede tomar leche en el Senado?, preguntó grabador en mano. Allí un grupo de legisladores se miraron, sin ofrecer una rápida respuesta.
Uno de ellos, Patrick Leahy, democrata de Vermont, dijo: «No lo sabía. Soy nuevo aquí» mientras tomaba del brazo a su colega para consultarle por lo bajo: “Pat, ¿sabías esto? ¿Podemos pedir leche dentro del Senado?”.
Su interlocutor no era otro que el republicano Pat Roberts de Kansas. Sorprendido Roberts, mientras negaba con la cabeza aseguró, atinó a señalar: «Y yo soy el presidente de la Comisión Agrícola!”. Este era un dato que seguramente no tenía en mente.
Un tercero, el senador republicano Ron Johnson, también pasmado por desconocer el hecho. No era para menos ya que Johnson es el principal productor de lácteos de Estados Unidos, nacido él en las praderas lácteas de Wisconsin. Sin duda estaba avergonsado, nunca haber pedido leche en el Senado. «Y yo bebiendo agua», se lamentó Johnson.
Buenos Aires, 26 de enero de 2020