Un informe del IERAL – Fundación Mediterránea indicó «si el gobierno nacional intentara expandir aún
más el gasto público, se podría encontrar con más inflación y menos empleo privado, en lugar de los objetivos buscados».
«Esto por el deterioro de las condiciones macroeconómicas y por las expectativas de una negociación mucho más complicada con el FMI de diciembre en adelante», señaló el informe que acompaña la firma de Jorge Vasconcelos.
¿El gobierno podría haber “hecho más” en términos de gasto público para ampliar su colecta de votos, tal como sugiere una parte del oficialismo? Conviene poner en contexto lo ocurrido, para advertir sobre los riesgos implícitos de tal diagnóstico
Pese a la desaceleración del ritmo de emisión monetaria del primer semestre, aun así la inflación se mantuvo en el andarivel del 50 % anual. ¿Hasta dónde habría llegado la inflación de haberse continuado en el primer semestre con el ritmo de emisión de 2020?
Puede conjeturarse que la inflación de agosto, en lugar del 2,5 % mensual, podría haberse ubicado entre el 3,5 % y el 4,0%. Y las mediciones del acumulado de doce meses del IPC estarían superando largamente el 50 %.
En el transcurso de este tercer trimestre, la política fiscal y monetaria ha vuelto al patrón de 2020, luego de la “pausa” del primer semestre. ¿Cuánto más puede “forzarse la máquina”? En este tercer trimestre la emisión de origen fiscal alcanzaría a 700 mil millones de pesos, y el pago de intereses por la deuda remunerada a los 370 mil
millones, cifras que sumadas equivalen a 9,9 % del PIB del tercer trimestre. En 2020, para el año calendario, esos guarismos fueron equivalentes a 9,6 % del PIB.
El cambio de dinámica respecto del primer semestre ya tiene consecuencias. Desde el pico de mediados de este año, las reservas netas del Central han descendido en 2 mil millones de dólares (sin computar los DEG) y la deuda remunerada del BCRA en los últimos tres meses ha aumentado en 648 mil millones de pesos, a un ritmo del 5,7 %
mensual acumulativo.
Las partidas presupuestarias destinadas a programas sociales representan el 50 % de los items destinados a jubilaciones del estado nacional. Si el gobierno intentara expandir aún más el gasto público en el cuarto trimestre, se podría encontrar con más inflación y menos empleo privado, en lugar de los objetivos buscados.
Los números en danza no son menores. De acuerdo a los cálculos de Marcelo Capello y Laura Caullo de IERAL, las partidas presupuestarias destinadas a programas sociales se acercan a los 900 mil millones de pesos, poco más de la mitad de los recursos destinados a jubilaciones del estado nacional.
Respecto a 2020 y en términos reales, ha habido recorte de esas partidas, pero en parte esto tiene que ver con cierta recuperación del empleo privado, aun cuando en condiciones todavía precarias.
Si el gobierno intentara expandir aún más el gasto público, se podría encontrar con más inflación y menos empleo privado, en lugar de los objetivos buscados. Esto por el deterioro de las condiciones macroeconómicas y por las expectativas de una negociación mucho más complicada con el FMI de diciembre en adelante.
Buenos Aires, 16 de setiembre de 2021