La consultora AZ Group planteó que durante el 2021 las exportaciones de carne vacuna alcanzarían un volumen de 800 mil toneladas, cifra que se presenta poco más de un 10% menos que las realizadas en el 2020 producto del cepo oficial aplicado a los envíos cárnicos.
Este retroceso es consecuencia de las restricciones. La estimación no solamente es 12,3% menor a lo despachado durante 2020, cuando se embarcaron poco más de 900.000 toneladas, sino que se ubica un 20% por debajo de lo que se esperaba exportar a principio de año, cuando los embarques se superaban mes a mes. La meta que se había propuesto el sector de exportar un millón de toneladas, ya es imposible.
“De culminar el año con 800.000 toneladas de carne embarcadas, va ser un buen año exportador, pero la Argentina perdió una oportunidad de combinar una exportación récord con precios de la carne vacuna en franca suba”, dijo Francisco Ravetti, analista de AZ Group. Así, en 2021, los valores FOB de octubre fueron 43% mayores respecto de octubre 2020, mientras que el promedio de los 10 meses transcurridos de 2021 es 6% superior al 2020. “El daño vino por lo que podría haber sido y no fue”, señaló Ravetti,
Según marca el informe, no solamente en este segmento de la cadena se hicieron sentir las restricciones, sino que “se generaron varios efectos negativos para la ganadería argentina y para el país”. En primer lugar, el analista de AZ Group, Francisco Ravetti, aseguró que la medida no sirvió para reducir el precio del ganado en pie, por lo menos de manera permanente, por lo que tampoco tuvo un efecto duradero sobre los valores al consumidor, que si bien durante julio y octubre acumuló una baja del 3%, ya quedó totalmente desarticulada ante la última suba de la hacienda.
Disminución de la oferta
Es por esto que también Ravetti puntualizó que el aumento de precio de la hacienda y de la carne no es debido a las exportaciones, sino que ha sido causado por una reducción de la oferta que tienee varios orígenes: el funcionamiento a media máquina de los feedlots y el alargamiento de la invernada pastoril, para licuar el alto valor del ternero y del maíz. Al mismo tiempo, marcó que del lado de la demanda se observa que el consumo interno “ha llegado a un mínimo o a un piso difícil de perforar, ya que es lo que el consumidor promedio no está dispuesto a resignar”. Según datos de la Cámara de la Industria y Comercio de las Carnes (CICCRA), el consumo de carne vacuna por habitante por año se ubicó en octubre en 47 kilos, una marca históricamente baja y que la modesta reducción de los precios que se percibió en los últimos meses, no logró revertir.
Pero un aspecto fundamental en el cual golpeó de lleno la medida oficial es en el nivel de actividad de los frigoríficos. En este aspecto el dato de faena es elocuente. En su último informe, la Cámara empresaria registró una caída en el sacrificio de animales del 7,5% en los primeros diez meses del año respecto al mismo período de 2020, que si se lo ajusta por días laborales, asciende al 9,5%. Esto, por obvias razones, se tradujo en una menor producción de carne, achicando la oferta. Así, entre enero y octubre se produjeron 2,46 millones de toneladas, un 6,2% menos que el año pasado.
Buenos Aires, 6 de noviembre de 2021