Se está empezando a rumorear entre la comunidad meteorológica, que el fenómeno de El Niño, si bien hoy está en todo su esplendor, va a empezar a perder fuerza en los próximos meses.

No solo pasaría a un estado neutral, sino que, y ya diversos pronósticos lo anticipan con un alto grado de probabilidad, se estaría entrando nuevamente en una fase La Niña.

No es algo sin precedentes, pero es muy raro. Después de pasar tres consecutivos consecutivos de La Niña a El Niño para la campaña 2023-2024, un cambio rápido de regreso a La Niña para el invierno de 2024 es una probabilidad, aunque no una garantía.

Históricamente, un fuerte Niño durante el verano generalmente conduce a La Niña en el verano u otoño siguiente. De hecho, en los registros que se remontan a 1950, cuando ocurre un fuerte El Niño de esta magnitud, le siguen dos temporadas invernales consecutivas de La Niña.

La velocidad a la que El Niño pase a La Niña será crucial en el resultado climático para la temporada 2024, y existe una incertidumbre significativa para el pronóstico estacional.

Se hablará mucho en el mundo del clima sobre la decadencia del actual El Niño (temperaturas de la superficie del mar por encima de lo normal en el Océano Pacífico tropical) durante el otoño próximo y la probabilidad de que se desarrolle La Niña (temperaturas de la superficie del mar por debajo de lo normal) durante el invierno o la primavera, cuando el índice de la Oscilación del Sur de El Niño (ENSO) pasa de positivo (El Niño) a negativo (La Niña).

Buenos Aires, 18 de enero de 2024