El 2020 comenzó como en todo verano con el momento más bajo del consumo, aunque con un 26% más de ventas de lácteos contra el 2019. Esto puede entenderse estacionalmente con un mayor número de personas veraneando en el país. En cuanto la entrega de leche , aumentó un 5,5 por ciento contra el año pasado.
Aquí la nota publicada por el matutino vinculado a temas económicos y financieros «El Cronista». Allí se indicó en una nota que ahora la cuarentena lo cambió todo ya no hay planificaciones de productos por mes o por semana sino que muchos van trabajando día a día.
Las compras son principalmente de leche fluida en sachet que con programas de precios estandarizados provinciales o nacionales se consiguen a partir de $42 mientras que quienes quieren hacer su propio stock consiguen la leche envasada en cartones desde $55.
El queso cremoso parte de $320 en grandes supermercados y almacenes con ofertas que varían en calidad y por marca pero que permiten suplantar consumos de otros tiempos como los untables, fundidos o quesos blancos que demandan inversiones de tres cifras ya.
Son pocos los que hacen fila para comprar leche con mayor valor agregado o quesos de pasta dura. La venta de grasas también cayó por razones económicas aunque se cocina más, la manteca y la crema no están entre las prioridades culinarias.
Qué dice las empresas?
Las industrias más grandes han volcado mucha de las materias primas al envasado de leche fluidas, para poder compensar las pérdidas Y aunque no dejan ganancias al menos permiten sostener el vínculo con los consumidores.
Grandes y chicas salieron esta semana a buscar más leche ofreciendo en algunos casos hasta $2 más de lo que venían pagando por litro. una pyme del sur santafesino ofertó hasta $20 por la entrega de algún camión completo de leche cruda en el intento por sumar mayor oferta a las heladeras.
Quienes realmente modifican el consumo son los asalariados registrados o informales. Los que viven al día, que en una tercera semana de restricción en la circulación y el trabajo ya no disponen de fondos para comprar más que lo mínimo. este impacto de la economía real tendrá consecuencias inmediatas ya largo plazo sobre todo porque las lácteas tienen un costo fijo por empleado muy elevado. muchos indican que el costo por empleado está en los $150.000 entre salarios y aportes patronales y gremiales.
Sin actividad en la gastronomía de bares restaurantes confiterías, bares y hotelería, el consumo domiciliario No aquí para los números y el golpe del caso es intenso tal como sucede en otros lugares del mundo.
Ya existen casos de pymes lácteas que acusan a bancos de quitarle respaldo. Cheques rechazados con el inicio del clearing dejaron algunas industrias pymes en situaciones de quebranto.
La lechería sigue trabajando como cadena pero no quedará excluida de los daños de esta crisis sanitaria con el correlato económico que no dejará sector intacto y en la que se demoran medidas estructurales para preservar el entramado productivo e industrial nacional.
Te dejamos AQUI la nota completa publicada por El Cronista
Buenos Aires, 2 de abril de 2020