En los tambos del oeste bonaerense, “el pasto” reaccionó después de las lluvias de enero, pero necesita de periódicas recargas de humedad en los suelos.

Así lo indicó el último informe de la Cámara de Productores de Leche de la Cuenca Oeste de la provincia de Buenos Aires (CAPROLECOBA), los silos de maíz ya confeccionados (faltan más) confirman que la cantidad y  calidad de la materia seca almacenada es muy dispar. Se espera poder mejorar el resultado con algunos maíces tardíos.

Y los concentrados quedan muy caros en relación al precio de la leche, generando altos costos. Preocupa el mal estado de los caminos rurales.

En febrero, las mejoras de precio continuarían para que la producción no decaiga

Luego de los 11.553 millones de litros producidos en 2021, los tambos transitamos 2022 con la idea de no retroceder, pero enfrentamos dos contras en “pinza”.

De un lado: los costos inflados por las altas cotizaciones del maíz y la soja. Y del otro: los precios deprimidos por las fuertes restricciones del gobierno a las industrias.

Entramos a este año perdiendo plata. Hay que salir de eso ya, continuar y acentuar las mejoras de precio para que la producción no decaiga.

La oportunidad es hoy tan grande como la incertidumbre

En Argentina no existe -en lácteos- riesgo alguno de desabastecimiento. Consumimos 8.700 millones de litros sobre los 11.500 millones que producimos.

Creció el consumo interno y arrancamos 2022 con 42% más de stock de LPE que en 2021 (dificultades para embarcar). Por otro lado el precio internacional de los lácteos es muy bueno y nuestros competidores tienen problemas para crecer y poderlo capitalizar a pleno.

Es un cuadro “pintado” para la Argentina y su lechería. Una gran oportunidad. Tan grande como la incertidumbre que nos genera a todos no saber qué irá a hacer la Secretaría de Comercio Interior (SCI) por temores infundados.

Buenos Aires, 27 de febrero de 2022