La exportación de lácteos durante el período enero-mayo ’20 registró un alza de casi un 19% en su volumen, tras concretar la venta de más de 126 mil toneladas, por un valor de u$s 400 millones.

Los datos fueron aportados por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), y relevados en informes del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), donde se constató un aumento de casi un 29% en las divisas ingresadas por este tipo de ventas durante los primeros cinco meses del año.

Distribución de las exportaciones en grandes rubros en función a valor total en US$ para los 5 primeros meses del 2020:

• 49,3% para leche en polvo;
• 23,1% para los quesos en sus diferentes pastas;
• 18,5% en el resto de productos (dulce de leche, manteca, aceite butírico, suero, etc.);
• 9,1% de productos confidenciales (lactosa, caseína, yogures, etc.).

En litros de leche equivalentes, las exportaciones representaron hasta mayo, el 22,4% de la producción total (siendo el 19,6% el año pasado), absorbiendo unos 182 millones de litros de leche adicionales a igual período del año pasado.

«Cabe acotar que en este período hubo 338 millones adicionales de producción y 103 millones de litros equivalentes de mayor stock inicial, con lo que la diferencia de 260 millones, debieron destinarse a mayor oferta en el mercado doméstico y constitución de mayores stocks», expresó la OCLA.

Los especialistas del Observatorio consignaron también que para los próximos meses se deberá monitorear la evolución de los precios del mercado internacional, que no son tan atractivos como los de finales del año pasado, pero mejores en los mercados de futuro a los vistos en el centro de la pandemia, donde tocaron cifras realmente muy bajas.

El otro componente importante de la ecuación exportadora, es el tipo de cambio, que de continuar como en los últimos meses, resulta positiva su evolución en el orden del 3 al 4% mensual de mejora.

Es importante sostener el actual ritmo de exportaciones, para evitar una sobre oferta del mercado interno que obviamente va en detrimento de los valores de salida de fábrica, ya que en escenarios de caídas del PBI (ingresos de la gente) con mayor volumen de producción (además de ir hacia el pico de máxima producción: octubre), el mercado interno ajusta más por precio que por cantidad.

Buenos Aires, 27 de junio de 2020