El informe de Noviembre ’23 de consultora Zorraquín + Meneses planteó «el pésimo momento de la lechería, y eso no ha cambiado. Se considera inevitable que el nuevo gobierno se verá obligado a hacer una corrección importante del tipo de cambio, y esto va a pegar fuerte y negativamente en la estructura de costos de los tambos, en particular los de alimentación y los de arrendamiento».
«Y, como suele ocurrir, el precio en pesos que recibe el productor va a tardar en recomponerse en términos reales. Noche negra por ahora», se indicó.
«Los modelos intentan adaptarse a este escenario -explicaron-, con muchos empresarios que están en el negocio lechero hace años y que saben que la leche, un producto noble y necesario, sigue siendo importante en la dieta de las personas. Y que la demanda se va a sostener o aumentar en el mediano plazo».
En octubre el precio de la leche Siglea fue de 130,17 $/litro (1834,52 $/kilo de sólido), lo que representa un aumento del 10% respecto al mes anterior y un 123% respecto a un año atrás.
Primer mes luego de varios donde el aumento intermensual se arrima al índice de inflación. Pero mirando los doce últimos meses, todavía la corre de atrás.
Según el índice OCLA, el precio se encuentra un 13% abajo del costo por litro. Para noviembre se estima un valor de la leche de 140 a 145 $/litro, en línea con la inflación esperada o algo por debajo. Si es así, la foto seguirá igual de borrosa.
También se indicó en el estudio de Z + M, que en Argentina las variables y relaciones de precios están tan rotas que es imposible cubrirse en un negocio que no puede parar ni un día. Tambo que para, tambo que cierra. Y algo de esto está ocurriendo en forma silenciosa porque en lo que va del año la producción global ha caído cerca de un 1,2%. Y las exportaciones caen cerca de un 20%, sostenidas en gran parte por las compras de Brasil.
El precio de la leche en polvo entera en el mercado internacional está en unos 3000 u$s/tonelada, y con un mercado de futuros que indica cerca de 3400 u$s/ton para abril/mayo. Parte de la recuperación vendrá por el comercio exterior.
«Todo esto ocurre en un momento donde la falta de lluvias se ha mantenido en algunas zonas, impactando en el desarrollo de la base forrajera tanto de pastoreo directo como para generación de reservas. Y mientras el gremio Atilra complica la producción en Sancor, al punto que se evalúa cerrar una de las fábricas procesadoras de leche. Durmiendo con el enemigo parece el nombre de esa película. Pronóstico reservado para la actividad por ahora», se indicó.