Pocos minutos después de la medianoche, con fuerte presión del Ministerio de Trabajo para evitar medidas de fuerza, se logró cerrar la firma de un acuerdo paritario en la séptima reunión de la que participaron el gremio lechero y la industria láctea.
El consenso no fue fácil de lograr luego de casi nueve horas de trabajosa negociación. Aún faltan conocer los detalles, sin embargo, trascendió que ambas partes debieron ceder y apoyar -aun con los dientes apretados- la concesión del pago por parte de la industria de un «aporte extraordinario para la actividad gremial» por un monto de $ 12 mil.
Por lo demás, con el ajuste salarial aprobado, ATILRA (Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina) logró obtendrá fondos frescos para atender el área de salud del gremio, centrado en la actividad que desarrolla principalmente la clínica 10 de Septiembre instalada en la localidad de Sunchales.
El acuerdo no resultó fácil para el Centro de la Industria Lechera Argentina (CIL) y para la Asociación de Pequeña y Mediana Industria Láctea (APYMEL), y más tras lo mal que cayó la última nota que publicó hace unas horas el secretario general del sindicato, Héctor Ponce. Sin embargo, con el acuerdo paritario la industria apuesta a liberarse de toda amenaza de acciones gremiales y dedicarse a producir.
En lo que hace al salario, los trabajadores lecheros contarán con un ajuste del 13,6% para los haberes del primer semestre. También dos extras no remunerativos por un 12% sobre el salario de julio, a cobrar entre agosto y noviembre. En Diciembre, recibirán por única vez el pago de otro 12% sobre el haber de julio e igual en enero de 2021.
Buenos Aires, 27 de agosto de 2020