Los tambos recelan del acuerdo de control de precios que volvió a cerrar el gobierno de Alberto Fernández con el sector industrial lácteo: “siempre algún costo hay que pagar, y dicho costo se traslada al precio por la leche cruda que recibe el productor”, se indicó desde el sector primario, que no participó de las negociaciones ni tampoco del convenio para fijar un nuevo esquema de Precios Cuidados.

Las objeciones fueron formuladas hoy por Marcelo Aimaro, presidente de la Mesa de Productores de Leche de Santa Fe (Meprolsafe), y Matías Peluffo, de la Cámara de Productores de Leche del Oeste de la Provincia de Buenos Aires (Caprolecoba), tras evaluar el impacto que podría tener el convenio con nuevos precios base para contener la inflación.

Según Aimaro, “ya nada nos sorprende. No nos cayó bien. Todos celebran un acuerdo de precios donde el productor no estuvo invitado a participar. Este es el juego de la perinola, en vez de salir, todos ponen, aquí el único que pone es el productor de leche. Somos el pato de la boda que está puesto sobre la mesa”.

En declaraciones a radio Colonia, también Peluffo, comentó que “posiblemente haya que esperar cuánto es el impacto. Pero cuando los precios minoritas por laguna causa están restringidos para favorecer al consumidor final, eso después se traslada al primer eslabón de la cadena que es el tambo. El acuerdo no es concreto y no se sabe cual va a ser el impacto”.

Para los tambos, tal como reconocen, la situación no es holgada. Esto se debe a que la leche en dólares aumentó un 4% pero los costos reportaron en el último año un alza del 40%. Según el OCLA, los valores abonados al tambos presentó un ajuste que ronda el 50% en el último año, mientras que –principalmente por la disparada que presenta el valor de granos como el maíz y la soja- los costos registró un alza de hasta el 70%.

“En el último año, es diez veces más lo que aumentaron los costos a lo que aumentó la leche en la tranquera”, comentó Peluffo.

Aimaro manifestó que “no formamos parte del último acuerdo de precios. Seguimos en la pirámide quienes ponemos la mayor cantidad de capital en juego y nunca somos convidados a esta fiesta. Donde siempre se juntan los mismos, y todos siguen haciendo negocios, menos el productor, que le sigue poniendo el pecho a la situación con un valor de 28 pesos para el productor, y que casi se triplica en las góndolas”.

“Acá el problema es otro, es la gran distorsión en los costos que enfrenta no solo el productor, sino toda la cadena. Un tema clave son los impuestos, que sobre el valor del sachet de leche en las góndolas alcanza un porcentaje del 40%. A esto se le suma, Tasa municipales, Ingresos Brutos, e IVA”, explicó el tambero santafesino.

Buenos Aires, 28 de mayo de 2021