
Con Ómicron como factor de presión bajista y con los fondos ocupados en retirar ganancias del mercado agrícola para reponer lo perdido en el sector financiero, la semana de Chicago dejó ligeras subas para los precios de la soja y pérdidas para las cotizaciones del trigo y del maíz.
El clima sobre Sudamérica para los granos gruesos y la cosecha del grano fino en el hemisferio Sur fueron y seguirán siendo factores de influencia sobre las cotizaciones en las próximas semanas.
En el mercado argentino los precios se mantuvieron mayormente sostenidos y las opciones de coberturas sigue estando presentes, incluso en la plaza del trigo, que pese a las bajas externas y a la entrada de la nueva cosecha registró pérdidas leves.
Firmes se mantuvieron los precios del maíz argentino a lo largo de la semana, con ofertas que para el balance del segmento pasaron de 205 a 210 dólares por tonelada (de 20.623 a 21.202 pesos) para el Gran Rosario y para Necochea, mientras que para Bahía Blanca se mantuvieron en 225 dólares por tonelada, equivalentes el viernes a 22.716 pesos.
Para el viernes el FAS teórico del maíz fue calculado por Agricultura en $ 20.677, mientras que para el inicio de la semana comercial fue fijado en 20.860 pesos. El valor FOB del maíz en los puertos argentinos pasó de 254 a 255 dólares por tonelada.
En cuanto al maíz de la próxima cosecha, para las entregas entre marzo y abril, la transición de las ofertas de los exportadores fue de 225 a 230 dólares por tonelada para los puertos de Bahía Blanca y de Necochea, y de 197 a 200 dólares para la zona del Gran Rosario.
Sin una tendencia definida cerró la semana el maíz en el Matba Rofex, donde mientras el contrato diciembre aumentó un 2,01%, al pasar de 209,30 a 213,50 dólares por tonelada, la posición abril bajó un 0,76%, tras variar de 195,50 a 197 dólares por tonelada.
En su informe semanal sobre carga de buques programada para el período del 1º al 27 de diciembre, la BCR marcó que deben salir desde el Gran Rosario 591.600 toneladas de maíz; desde Bahía Blanca, 249.050 toneladas; desde Necochea, 22.000 toneladas, y desde otros puertos, 20.900 toneladas.
El jueves, en su reporte semanal, la BCBA relevó el progreso de la siembra de maíz para grano comercial sobre el 31,1% de la superficie ahora prevista en 7,3 millones de hectáreas –200.000 hectáreas por encima de la semana pasada–, por detrás del 35% de igual momento de 2020 y del 42,7% promedio de los últimos cinco años.
Los precios del maíz cerraron la semana con leves bajas en Chicago, donde los contratos diciembre y marzo resignaron un 0,13 y un 1,31%, luego de variar de 230,99 a 230,70 y de 232,96 a 229,91 dólares por tonelada. Como se señaló en el espacio de la soja, la influencia bajista durante la semana la ejerció Ómicron, la nueva variante de Coronavirus que trajo de vuelta al mercado la incertidumbre sobre las consecuencias que podrían tener medidas de asilamiento para controlar el impacto de esta nueva cepa y para evitar mayores contagios en Europa, que más que deberse a la nueva variante responden al éxito de los movimientos antivacunas en el viejo continente. Esto continuará siendo un factor de presión sobre los precios de los granos, dado que los fondos de inversión tienen en el mercado agrícola la caja desde donde retirar ganancias para cubrir eventuales pérdidas en el mercado financiero.
Si bien no lograron evitar el cierre semanal bajista, las últimas tres ruedas fueron positivas para los precios, en buena medida por el déficit de humedad que se registra y por los pronósticos de tiempo seco para los próximos días en el sur de Brasil, donde se concentra poco menos del 50% de las tierras destinadas a la primera cosecha de maíz –Rio Grande do Sul es uno de los mayores productores–, que debería ingresar desde fines de febrero en el circuito comercial para distender la escasez de grano dejada por la mala campaña brasileña 2020/2021. Vale recordar que la Conab prevé un volumen de 28,60 millones de toneladas para la primera cosecha, por encima de los 24,72 millones de la campaña anterior.
Fuera de ese fundamento que morigeró la tónica bajista, para el maíz estadounidense no resultó positivo el informe semanal de la Administración de Información sobre Energía de Estados Unidos, dado que tras dos semanas de crecimiento, la producción de etanol fue recortada de 1.079.000 a 1.035.000 barriles por día, en tanto que las existencias del biocombustible aumentaron por segunda semana consecutiva, ahora, de 20.164.000 a 20.301.000 barriles, el volumen más elevado desde principios de septiembre último.
En este sentido, la fuerte caída que experimentó el petróleo desde el viernes de la semana anterior y su influencia sobre los combustibles resulta un mal augurio para los márgenes de la industria del etanol, al igual que la falta de precisiones de la Administración Biden en cuanto a la política en materia de energías renovables, situación que tiene como exponente claro el hecho de que ya están vencidos los plazos en los que la Agencia de Protección Ambiental debió proponer los mandatos de corte para 2021 y 2022. Y aun así, no hay certezas sobre cuándo se expedirá el organismo al respecto.
En cuanto a las exportaciones estadounidenses, en su reporte semanal el jueves el USDA relevó ventas de maíz por 1.020.800 toneladas, por debajo de las 1.429.200 toneladas del informe anterior, pero dentro del rango previsto por los privados, de entre 600.000 y 1.250.000 toneladas. Al igual que la semana anterior, México y Canadá encabezaron la lista de compradores, lo que confirmó la presencia creciente del grano estadounidense en el vecino del Norte, tras el fracaso de sus cosechas de cebada, avena y de trigo. En lo que va del ciclo comercial se relevaron ventas por 35,43 millones de toneladas, un 7% menos que a igual fecha del año pasado.
Sobre el caso particular de Canadá, el viernes StatsCan estimó la producción de cebada en 6,95 millones de toneladas, por debajo de los 7,14 millones calculados en septiembre y de los 10,74 millones de 2020. En tanto que la producción de avena fue relevada en 2,61 millones de toneladas, por encima de los 2,58 millones proyectados en el anterior reporte, pero lejos de los 4,58 millones del año pasado. Por esta merma en su oferta forrajera y por la caída en su producción de trigo, Canadá está importando más maíz desde Estados Unidos. Vale agregar que la cosecha canadiense del grano grueso fue estimada por el organismo en 13,98 millones de toneladas, debajo de los 14,37 millones del reporte de septiembre y levemente por encima de los 13,56 millones de 2020.
En la previa del informe mensual que el USDA publicará el jueves, el promedio de las estimaciones privadas conocidas hasta el momento ubicó las existencias finales estadounidenses de maíz en 37,47 millones de toneladas, levemente por debajo de los 37,94 millones del reporte de noviembre.
Buenos Aires, 6 de diciembre de 2021