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El desafío que plantea una correcta alimentación para los rodeos lecheros

El desafío que plantea una correcta alimentación para los rodeos lecheros

Trevor De Vries, catedrático de la Universidad canadiense de Guelph, ponderó la necesidad de atender la estabilidad y consistencia que debe tener la alimentación de las vacas lecheras en favor del desarrollo del sector: no solo se trata del alimento sino de cómo las vacas reciben su ración, y espacio necesario para rumear.

El especialista allí consideró necesario tener en cuenta la promoción diaria de acciones en los tambos que atiendan la buena salud de los animales, y la eficiencia en el trabajo de producción en los establecimientos lecheros.

Evaluar el manejo de los rodeos lecheros en Canadá resulta un paso fundamental, ya que el primer desafío de la actividad tambera es justamente asegurarnos que el alimento previsto a los ejemplares bovinos sea formulado especialmente para esos animales que tienen por objeto dar leche de excelente calidad. El cuello de botella que enfrenta siempre el sector es prever de buenas dietas, muchas veces esto no sucede.

De Vries instó a estudiar en detalle cual debe ser la llamada Ración Total Mezclada (TMR, según sus siglas en ingles) para la ganadería lechera. Este método de nutrición bovina busca combinar todos los alimentos que se suministran a las vacas lecheras en una única ración, de manera que consuman los nutrientes esenciales en un bocado balanceado y completo.

Así el especialista recomendó evaluar el alimento dos veces al año, durante siete días consecutivos, y así analizar la muestra, y su resultado debe ser contrastado con lo que ofrece la teoría: «descubrimos que la TMR también subestimó una variedad de nutrientes en relación con su formulación».

Estos conceptos fueron expuestos en el marco del coloquio 2020 denomiado «One – The Alltech Ideas Conference», que se realizó y transmitió vía online a fines de mayo -organizado por la empresa Alltech– desde ciudad de Lexington, en Kentucky, Estados Unidos. En su exposición, De Vries aseguró que si bien el exceso de nutrientes puede no ser siempre una preocupación, esto puede si ser «algo costoso e ineficiente» para el negocio lácteo.

«La subalimentación de nutrientes es probablemente aún más problemática, ya que si no estamos logrando los nutrientes que esperamos que esas vacas consuman en el día a día, no debería sorprendernos que no cumplamos con los objetivos de producción que tenemos para ese rodeo», explicó.

Hay desviaciones, y el especialista, admitió no tener respuestas certeras al respecto. Sin embargo, aseguró que si se debe tener en cuenta el listado de objetivos que se deben cumplir a la hora de promover una dieta alimentaria, y la claridad de ser formulada para determinadas vacas.

Lo primer es la frecuencia con la cual se revisa la materia seca del alimento, especialmente los forrajes. Cuanto más se haga, o diaria o semanalmente, será mejor para los animales. De lo contrario, esto será un riesgo en términos de crear esa variación. Igual sucede con los componentes del alimento dentro de la dieta. Esto -junto a la promoción de buenos protocolos de mezcla- permitirá actualizar las raciones y asegurarse que es correcto el alimento entregado a las vacas.

Entre las variaciones diarias a tener en cuenta está vinculada también a la asociación al contenido de energía: se debe medir allí el coeficiente de variación (CV) y la energía neta de lactancia de la dieta, relacionada a la ingesta promedio de la materia seca diariamente.

«Digamos que tenemos la ración correcta, y que hacemos un buen trabajo en términos  de entregar una ración constante a esas vacas.  El próximo desafío que tenemos es asegurarnos  de que esas vacas realmente consuman esa dieta de manera consistente», explicó De Vries, ya que recordó que «cuando proporcionamos una ración mixta  a las vacas lecheras, a menudo vemos que esas vacas son selectivas en términos  de lo que consumen».

Refirió que muchas vacas clasifican su alimento, hecho que «crea inconsistencia en lo que  consumen», hecho que alteraría así sus niveles de producción potencial.

En disertaciones similares, en el marco de las disertaciones promovidas en«One – The Alltech Ideas Conference»,  figuró una perspectiva desde el espacio: La visión estelar de Cady Coleman sobre el trabajo en equipo, la diversidad y lograr tus sueños.

Cady compartió las enseñanzas que aprendió sobre la fortaleza mental, la creatividad y la conectividad durante el tiempo en el que estuvo en el espacio.

La ex astronauta de la NASA ofreció la conferencia magistral de apertura de la Experiencia Virtual de Alltech Virtual y señaló que considera que con el COVID-19 las personas tienen hoy un concepto diferente sobre las “misiones”, ya que se ha generado la necesidad de resolver los problemas juntos y estar todos en una misma misión.

«La relación con la grasa de la lechedijoes muy predecible, porque generalmente esperamos que las vacas se clasifiquen contra la fibra, lo que puede tener un impacto negativo en el ambiente del rumen, disminuyendo el pH, aumentando el riesgo de acidosis, aumentando algo como la depresión de la grasa de la mantequilla en esas vacas. Y así, una asociación con la grasa de la leche es bastante predecible. Lo único de este conjunto de datos es el  hecho de que también vimos, como puede  ver en el lado derecho, una asociación con  la proteína de la leche, que es mucho más difícil de cambiar desde el punto de vista del  componente de la leche».

«Y lo que esto nos dice es que la clasificación no es solo un problema de fibra, sino que es un problema general  de consumo de equilibrio de nutrientes. Y así, si las vacas no consumen su dieta en el equilibrio que esperamos en términos de metabolizar proteínas, incluso el equilibrio de aminoácidos para los que se puede  formular esa dieta, no debería sorprendernos que no solo veamos un impacto en algo como la grasa de la leche,  pero también estamos viendo un impacto negativo, por ejemplo, en el porcentaje de proteína también de la leche», agregó.

En este sentido, De Vries comentó que «el tipo de forraje también se vuelve importante. El forraje más seco que tengamos en esas dietas,  en oposición a, digamos, alimentos húmedos o ensilados, aumentará el riesgo de que se clasifique esa dieta. Por lo tanto, en situaciones en las que tenemos  muchos ingredientes secos y dietéticos el riesgo de variación de selección  en términos de lo que se consume se convierte eso mucho mayor».

Agregó también que «cuando las vacas tienen que competir por el acceso al alimento, esto crea inconsistencia en sus patrones de alimentación». Por ello, una mala selección de los espacios para las vacas durante su período de alimentación puede ser negativo «desde el punto de vista de la salud del rumen y crear inconsistencia en la digestión del rumen. Asegurarse de tener suficiente espacio de literas de alimentación  para las vacas puede ser muy útil en términos de garantizar patrones de ingesta buenos y consistentes y una producción constante de nuestras vacas», explicó.

Según De Vries, «se descubrió que los rebaños con altos niveles de ácidos grasos de novo tendían a ser diez veces más propensos a tener al menos 46 centímetros o 18 pulgadas de literas por vaca. Y para que, por ejemplo, para un granero de tres años,  no haya más del 100% de densidad de población en los puestos libres para garantizar ese nivel de espacio en la litera de alimentación».

«Si podemosasegurómantener ese buen nivel de espacio de alimentación por vaca, idealmente más cerca de 24 pulgadas o más de espacio de literas por vaca, o 60 centímetros por vaca por espacio de cama de alimentación, podemos mejorar el comportamiento alimenticio y podemos mejorar la fermentación y producción de rumen al final del día».

De Vries consideró  que «debemos asegurarnos de que el alimento se entregue  de manera precisa, día tras día, atendiendo que cada vaca reciba su ración de un modo eficiente. Luego hay que asegurarse que ese alimento sea consumido tal como es servido, para no perder los componentes de la dieta. Atender el manejo de la cama para tener al final de cada jornada un consumo eficiente, una buena digestión y una producción óptima» para cada vaca del rodeo.

Buenos Aires, 24 de junio de 2020

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